Marruecos

Cada viaje empieza con miedo, incertidumbre e ilusión y éste no fue la excepción, cada viaje en la bici es un poco lo mismo, no importa cuántas veces lo haya hecho, siempre tengo dudas de cómo será el camino, si habrá muchas subidas, si habrá comida, etc.

Viajar en bici es para mi, la posibilidad de salir de mi perspectiva habitual, de mi vida cotidiana, y recorrer el camino a ritmo pausado, viendo, oliendo y pedaleando cada metro del camino.

subiendo montañas

Marruecos era el país que hace años quería conocer, tan cerca de casa pero tan diferente. Un país que me intrigaba, me sonaba exótico, lejano y desconocido.Este es un país de bicis, donde casi todos los chicos y chicas van a la escuela en bici, muchos campesinos y trabajadores de los pueblos también la usan para sus tareas, así que todo está bastante preparado para las bicis. Los automovilistas están atentos y son bastante cuidadosos con nosotros y eso se aprecia mucho.

trabajador

Los caminos de Maruecos son increíbles, los valles del Atlas en esta época del año se llenan de rojos, amarillos y verdes.Bajo las montañas, las palmeras ocupan su lugar y llenan el horizonte de los valles bajos con sus hojas tan altas y el desierto, llena el espacio con su silencio y esas estrellas que parecen colgar arriba de uno.Los marroquíes son amables, simpáticos y emprendedores. Siempre intentan ayudar sea con segundas intenciones o no, pero siempre con la mejor onda.Son tranquilos y muy tradicionales. La gran mayoría aún viste y vive tradicionalmente. Saben muchos idiomas, ya que es muy común que hablen francés, árabe y bereber. Más allá de los que además hablan español, inglés y aleman. Tienen también para cada problema una solución, siempre te dicen que no hay problema y todo se resuelve con una sonrisa.

mercader de cabras

La comida merece un post aparte, la variedad no es el fuerte pero estos tajines que hacen de todos los tipos son especatulares, la alegría para un ciclista hambriento, cada vez que pides uno es una sorpresa, ya que podés pedir lo mismo diez veces y en cada lugar será didiferente.

Te vendo un dulce?

De los pueblos que recorrí, Telouete fue el primero que me encantó, un pueblo perdido en la montaña con el kashbar mas grande del sur de Marruecos, aquí se respira tranquilidad y hospitalidad.El valle que une Telouete con Ait Ben Hadou, es también increíble, solo se ven colores verdes y rojos hasta que te aguante la vista.

Verde y rojo

Más adelante, antes de Skoura un valle increíble te lleva a los cuentos de Aladín, castillos de adobe, palmeras, calor.El rio Dades sube por una garganta impresionante y un camino lo acompaña, acá las alturas y los desfiladeros se hacen todo lo angosto que uno se pueda imaginar y llena el cauce de almendros y plantaciones de trigo.Las dunas del desierto y sus camellos, te engañan con el silencio, las estrellas y su calma, para después sacudirte con una buena tormenta de arena.

travesia

El viaje termina, las sensaciones del comienzo desaparecen y ahora sólo queda disfrutar de los recuerdos de la aventura.Para los que tengan tiempo y ganas, aca van las fotos del viaje:

y el recorrido:

Bike route 932255 – powered by Bikemap

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