El dia amanece gris y parece que va a llover, aparece el polaco en el café donde estoy con mi desayuno, lo evito y se da cuenta… Gracias a Dios, no tengo que hablar con él.
La salida de Burgos muy bonita, por el lado del río hasta el Hospital del Rey, muy pero muy bonito todo, luego urbanizaciones y escalectrixs.
A diez kilómetros de Burgos, hablo con una gente del pueblo en Rabe de las Calzadas, me dicen que no hay bancos por cuarenta kilómetros y yo sin dinero. Llueve, mucho viento, odio tener que volver tres kilómetros para sacar dinero hasta Tardajos. Vuelvo saco dinero y sigo adelante.
Desde Rabe hasta Hornillos son diez kilómetros de meseta verde, eterna, hoy el viento y la lluvia no me hacen un favor sopla dentro de la capucha y el agua me pega en la cara… Dos horas después, llego a Hornillos, en Hornillos nada ni nadie.Tengo hambre, mucho hambre así que decido hacer diez kilómetros más hasta Hontanas a ver si puedo comer algo.
La rubia es alemana y ha decidido irse a vivir a este pueblo despues de haber terminado la carrera no habla casi nada de español y lleva una semana en el pueblo, la dueña y ella hacen de la taberna un lugar de peli de Almodóvar, llevado por mujeres que se ayudan. Se enseñan inglés y castellano mutuamente…. La comida riquísima: morcilla, sopa y albóndigas. Cuando vuelvo al albergue, hay dos chicas alemanas Crisina y Carmen, pero en alemán. Vienen en bici, se ríen porque hicieron la misma distancia en la bici que yo caminando. Hoy es el día más duro, hice 36 kilómetros en un solo día. Duermo todo tapado, hace mucho frío.