Hoy salgo temprano, las chicas alemanas se quedan y también hay un polaco. El polaco número dos,me cuenta que anda mucho, unos cuarenta kilómetros al día, quiere ir a Sevilla después haciendo autoestop, saludo y me voy. Ocho kilómetros después llego a Castrojeriz, por fin podré desayunar. Castrojeriz es bonito, un pueblo lineal alrededor del camino, con un castillo arriba, se lo nota un pueblo muy antiguo. Encuentro un bar abierto y me tomo un pan con tomate y un café con leche buenísimo, me quedo un rato me hago fuerte y salgo. Dos kilómetros después hay una buena subida, me encuentro con las alemanas de la bici y me quedo un rato conversando, son risueñas y divertidas, me caen bien.
Desde arriba se ve Castorjeriz, muy lindo… El castillo en la cima le queda bien.
Unos metros más adelante se ve el camino que me falta… A once kilómetros está Itero de la Vega, no me dice mucho el pueblo, tomo un agua y decido comer. Ocho kilómetros más adelante porque es mediodía, otros ocho kilómetros por el medio de la nada… Hambre mucho hambre, llego al pueblo y para mi alegría no hay nada, bar ni albergue ni tienda. Dos viejas barren la vereda y me dicen que sólo en Fromista. Dos dias seguidos cagado de hambre…
Sigo a Fromista, de repente aparece el canal de Castilla, un canal sin cemento, que parece antiguo, ahora camino a su lado cuatro kilómetros hasta Fromista. Por fin llego y en la llegada me encuentro a Park el koreano, ortopedista que me pregunta por mi tendinitis y le digo que voy bien.
Como algo con él, que me hace mucha gracia sobre todo eso que tienen los orientales de no entender nada y sonreir al mismo tiempo…
El Alberge nada del otro mundo, lavo ropa, me ducho, lo de todos los días… aparecen los franceses y aqui hay nueva gente, alemanes y una finlandesa llamada Kiima.